Los agentes de IA suelen fallar por exceso de complejidad y poca capacidad de depuración.
Existen cinco patrones de flujo de trabajo más sencillos: encadenamiento de prompts, paralelización, enrutamiento, orquestador-trabajador y evaluador-optimización.
El encadenamiento de prompts permite secuenciar tareas de forma predecible y fácil de depurar.
La paralelización acelera procesos independientes mediante ejecución concurrente.
El enrutamiento clasifica la entrada y la envía al flujo especializado correspondiente.
El patrón orquestador-trabajador separa la toma de decisiones de la ejecución para mantener el control.
El evaluador-optimización mejora iterativamente la salida con bucles de retroalimentación.
Los agentes solo son útiles en flujos inestables con supervisión humana.
En sistemas empresariales críticos se recomienda evitar agentes y usar lógicas deterministas con observabilidad.
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